viernes, 2 de abril de 2010

Iluminados por el fuego


Para la vida (León Gieco)

Estoy aquí sentado bajo el pequeño sol
el que nos vió águila y también gorrión.
Qué hacer con el silencio cuando la cabeza estalla,
cómo parar la impotencia de no poder hacer nada.
Por qué querer matar a tus hijos,
es para que duela años la sangre
ayer por no querer a la patria
y hoy por quererla demasiado.
Leyes viejas, más genocidas,
mal presagio para la vida.
Con la luz llena de sombras y con el sol en sufrimiento
volví a mi casa de rodillas y aquí mis amigos muertos.
En un país enfermo, todas las cartas sobre la mesa
jugamos juegos perversos entre fútbol y guerra.
Sangre de gloria, odio contra amor
dioses y bestias, locuras y amor,
abriré las puertas de este vacío porque el destino me lanzó hacia arriba.
Insistiré en un mar de rosas
y construiré sobre cenizas.
Tendré un nuevo sueño en mis manos
y lucharé para que sea justicia.
Las mejillas de mis hijos en mis labios
y encontraré en sus ojos un nuevo descanso.

"Argentinos: serán bienvenidos cuando dejen de reclamar la soberanía y acepten nuestros derechos a la autodeterminación"

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